En los encuentros coloniales e interculturales entraron en contacto diferentes escalas de tiempo y diversas formas para registrar el paso del tiempo. Una tradición importante y agresiva ha entendido habitualmente las culturas distantes y exóticas como pertenecientes a pasados remotos y antiguos. El uso y el destino de los dispositivos diseñados para registrar el tiempo dentro de estos encuentros, por lo tanto, se tornaron significativos para comprender mejor lo que estaba en juego en los desafíos al conocimiento y las creencias que tales encuentros plantearon. El ejemplo de la llegada de naves británicas al Pacífico en el siglo XVIII ofrece casos ilustrativos en los que se reorganizaron diferentes sentidos del tiempo y se pusieron a prueba una serie de diferentes máquinas del tiempo en los complejos mundos prácticos surgidos de las relaciones interculturales.